martes, 8 de mayo de 2018




¿COMUNICO, DIVULGO O SOLO LO HAGO PARA VENDERME Y GENERAR ADMIRACIÓN?

Creo que el mercado de la formación en habilidades directivas, coaching, mentoring, marca personal etc… siempre ha sido algo complejo y enrevesado. Hoy en día abundan las charlas motivacionales, los shows business de las conferencias y la divulgación en las redes sociales y la pregunta que me surge es la siguiente: ¿son realmente útiles?¿pueden confundir al mercado?.


Como diría el Maestro Sabina, que no te compren por menos de nada.
Muchos de los comunicadores se quedan en la superficialidad con un mensaje que produce admiración por parte de la audiencia, pero suscitan reflexiones pasivas que no generan ningún cambio. Comunican lo que hay que hacer, de que manera, dándote las X claves del éxito. La audiencia lo admira y se queda pegada a un discurso vacío de contenido por ser excesivamente racional y directivo que no permite vencer las limitaciones personales, visto que estás son más irracionales.

El formato más curioso es el de comentar tu superación personal, tus grandes logros, convertirte en ejemplo social: fui tímido y lo he superado, superé mi dislexia, puse foco para conseguir todo lo que me plantee, y claro, si ellos lo han conseguido, tu no vas a ser menos, vamos, el clásico mensaje, si yo pude tu puedes. Y todo el mundo quiere hacer lo mismo y piensa que puede hacer lo mismo y muchos terminan con una frustración tremenda, de charla en charla por si surge el gurú que le trasmita la forma de ser exitoso.

En las redes esto ha llevado a la imitación, escriben "Posts" en Facebook, columna semanal en un blog para decir que tengo algo que decir, busco que los demás lo reenvíen y vamos generando un grupo de lideres y seguidores unidos por el reenviar y el escribir mucho, con grandes halagos a lo ajeno, aún sin leerlo, para que halaguen mi halago o con la esperanza de que un día halaguen mi comunicación. Lo importante es el “like” y el halago. Y cuanto mas digo que hago más posibilidades tengo y vivo en la ilusión de que me halaguen y si no con 30 likes mi autoestima delante de la pantalla me genera un orgasmo virtual. Aunque el 80% de lo que hago no lo cobre, lo hago para poder decir que hago, soy mi propia ONG particular con la esperanza de ser algún día emprendedor, me encanta la autoexplotación.

Un día escuché a alguien decirle a otro: hablas mucho pero dices muy poco. Pues en este momento creo que hay mucha gente que cuelga muchas cosas en las redes y dice más bien poco. Hemos pasado a un mundo de comunicación con poco contenido, muy superficial, en donde lo importante es estar. Relleno de frases famosas para dar la clave del éxito, del crecimiento, de la humildad, de la manera de dejar de ser un cualquiera etc.. Detrás de muchos esta una vida vacía, de rellenar carencias, de mucha acción pero de poca plenitud o su plenitud es que lo admiren pero no genera una propuesta real de valor.

Que no te dejen personalmente marcado.
Después te encuentras a los clientes, con los cuales trabajas su realidad cotidiana, tratando de analizar su experiencia, entenderla y ayudarles a pensar en como pueden gestionar esos dilemas, retos o adversidades del aquí y ahora. Te hablan de libros de autoayuda que les han recomendado, son seguidores en twiter de gente relevante, de lecturas de blogs que dan las claves y ahora la nueva moda, videos maravillosos que te explican todo, algunos patéticos pero alimentados con que bien lo haces, estoy de acuerdo, que guapo, que bien sales, me encanta como hablas, estas guapísima soy tu seguidora incondicional.

Cuando preguntas que han aprendido y que les ayuda de todo eso, se quedan bloqueados, cuando te hablan de sus experiencias con estos profesionales, te quedas impresionado.

Y la pregunta es: ¿qué estamos haciendo mal? Pues sinceramente creo que la moda banaliza las autenticas necesidades de desarrollo de las personas, que estamos en la era de un Marketing Digital que se guía más por lo estético que por lo ético, que se compra publicidad para atraer más seguidores y que lo importante es cuantos K de seguidores tengo en mi red y a ver si se convierten en futuros clientes o me llevan al éxito, creo que estamos en una burbuja de engaño que nos lleva al autoengaño, en donde vamos a charlas a coger notas para contarlo después.

Realmente pienso que es más útil generar espacios de reflexión responsable en un proceso de al menos media distancia. Espacios en los que se hable sinceramente de lo que me ocurre, que necesito y como me puedes ayudar a pensar en ello. Aprender de experiencias formativas que permitan sentir en vivo y en directo lo que puedo hacer mejor, que me digan desde espacios de sinceridad compartida que impacta de lo que hago o digo y como me abre la mente para poder pensar en como lo puedo gestionar. Pero desde una experiencia real y no desde las 10 claves para ser un infeliz.

Discrimina y busca lo que realmente te ayuda, más que lo que te autoayuda. Aprende en la relación de experiencia con los otros, no de la experiencia que te cuentan los otros, eso si la tienen, porque muchos que me digan de lo que hablan y te diré de lo que carecen. Sin la reflexión de la relación experiencial y presencial con los otros solo existe el me gusta, si eliminas o te eliminan por no estar de acuerdo, y, si no generas reflexión estas abocado a solo conocer las 10 claves del otro, pero nunca encontraras las claves tuyas. Vive experiencias, corre riesgos y busca espacios de reflexión responsable y compartida, es más emocionante y productivo  que emocionarte con cuentos ajenos.


Es la forma de llegar al bienestar contigo mismo, el camino hacía la integridad aunque como dice el Maestro Sabina, que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena.

1 comentario:

  1. Oye qué bueno, ¿me pasas el artículo de 10 claves para ser infeliz? ¿o el de las 10 claves para ser un coach exitoso? ¿o el de las 10 razones por las que tu comunicación no funciona? ¿o el de las 10 razones para ser como tú sin saber cómo soy?

    Perdón. Creo que ahora ya sé lo quiero... ¡me has ayudado mucho!

    Con cariño siempre, y admiración

    Pedro el 10 ��

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